Uno de mis pecados culinarios son los macarrones con carne y tomate... fríos. Si, como lo oís, fríos.
No es que no disfrute de un buen plato de pasta bolognesa calentita, con queso fundido por encima.... Ummm. Lo que pasa es que, cuando paso por la cocina y veo la cacerola, con el resto de la pasta ahí, esperando a que se enfríe, no puedo resistir! Por mi, me llevaba la cacerola a la mesa y seguía comiendo.
Y, Por que os cuento esto hoy? Pues porque los mejor macarrones con tomate y carne que he comido en mi vida eran los de mi bisabuela y hoy seria su cumpleaños.
Esas pequeñas cosas que uno guarda en su cabecita....
No es que no disfrute de un buen plato de pasta bolognesa calentita, con queso fundido por encima.... Ummm. Lo que pasa es que, cuando paso por la cocina y veo la cacerola, con el resto de la pasta ahí, esperando a que se enfríe, no puedo resistir! Por mi, me llevaba la cacerola a la mesa y seguía comiendo.
Y, Por que os cuento esto hoy? Pues porque los mejor macarrones con tomate y carne que he comido en mi vida eran los de mi bisabuela y hoy seria su cumpleaños.
Esas pequeñas cosas que uno guarda en su cabecita....